jueves, 21 de enero de 2010

NO BUSCAMOS NOVIO...




Esther Vargas publica su nuevo libro 

“No busco novio”



Esther Vargas. Foto E.Vargas/Flickr
Esther Vargas. Foto E.Vargas/Flickr

Esther Vargas, de 34 años, es periodista y editora de la sección Sociedad del diario Perú.21. Además, ejerce como docente de esa carrera en la  Universidad San Martín de Porres, de Lima, donde el año pasado fue víctima de un intentode apartarla de su cátedra por su orientación sexual.
A su cargo tiene dos blogs: Clases de Periodismo (donde explaya y brinda material sobre la profesión y Sex o no Sex, el lado les, donde toca abiertamente temas de sexo homosexual lésbico. De éste es de donde Esther ha sacado vasto material para la confección de su libro “No busco novio”, presentado recientemente en la capital peruana.
A modo de reglao de lanzamiento, la autora comparte con les lectores de AG Magazine el siguiente fragmento.
Mujeres despechadas
Yo no sé ustedes, pero yo sí. Yo he sido una mujer despechada. Y no me siento orgullosa de aquello. Tampoco me da pena contarlo.Y tampoco descarto que un día cualquiera cante la canción de este post. Claro, algunas dirán que cuando se acaba siempre se desea lo mejor a la otra. Pues sí, se le desea lo mejor, pero si ella te ha dejado en pedazos le cantas esta canción o cualquier otra que alcance para acariciar el dolor.
He tenido momentos de despecho extremo, en los que yo misma me he espantado del ridículo que he protagonizado. He visto mi dignidad pisoteada y me han mirado con cara de “todavía me amas” tantas veces como he caído, pero sobreviví para contar la pena, sabiendo claro que quizás en esto del despecho yo tenga vocación de reincidente.
El despecho es una explosión cruel para los tres: la mujer que soy yo, la mujer que es ella, y la nueva mujer de ella. Porque el despecho, por lo general, nos aflora cuando otra aparece en escena. Mientras la otra no asoma una se resigna a la separación, así duela

Por despecho yo he besado a una y a varias chicas de las que no retuve ni el aroma, cubierta de amnesia, de dolor y de ganas equivocadas.
Por despecho yo he despertado donde no debía, abrazada a un cuerpo que creía conocido, pero que apenas había probado algunas horas atrás.
Por despecho yo he tomado el micrófono en un karaoke para demostrarle al mundo que ya olvidé, ya olvidé -como cantabaJosé José-, para luego terminar llorando en un rincón roto.
Por despecho yo me he bebido hasta la última copa.
Por despecho yo he escrito poemas muy malos que sutilmente deslizaba hasta su puerta.
Por despecho yo he publicado una foto de falsa felicidad en mi Hi5.
Por despecho yo he malgastado el dinero para aparentar que nada puede estar mejor en la vida.
Por despecho yo me he lanzado contra esa otra para pedir explicaciones por la mujer que había perdido.
Por despecho yo he terminado con la cara al filo del piso, mirando solo zapatitos que bailaban.
Por despecho yo he comprometido mi alma.
Por despecho yo he escrito historias que nunca sabré si son ficción o realidad.
Por despecho yo he manchado su nombre.
Por despecho yo he llorado amargamente frente al mar de Chorrillos, pensando que ninguna estrategia me funciona.
Por despecho yo he bailado como la más puta de todas las putas.
Por despecho yo he buscado el éxito con obsesión.
Por despecho yo me he pintado el cabello de rojo.
Por despecho yo he mirado un cortejo fúnebre, envidiando la suerte del muerto para mí o para ella.
Por despecho yo he deseado tatuarme el nombre de la Alejandra que nunca tuve en el pecho.
Por despecho yo he cruzado la pista esperando que algún buen chofer me aplaste y me deje media viva para poder culparla de mi desgracia.
Por despecho yo me he enfermado hasta dar lástima.
Por despecho yo he tenido orgasmos, a pesar de que el sexo era malo.
Por despecho yo he escrito cartas falsas que luego mandaba a mi propia casa para creer que me pedían regresar.
Por despecho yo he metido las narices en su relación hasta rescatar lo peor para contarlo al mundo.
Por despecho yo me he puesto la camisa de la otra.
Por despecho yo he hecho todo para que la otra descubra que quizás pensaste en mí.
Por despecho yo he declarado la guerra, y he alzado la espada.
Por despecho yo he tomado su cuello con mis manos para hacerle saber que ya no me importa, pero cómo me duele.
Por despecho yo he quedado en una esquina, como perro sin dueño, llorando hasta el amanecer.
Por despecho yo he renacido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hacete seguidora y dejá tu comentario sobre esta nota o lo que quieras!