lunes, 28 de diciembre de 2009

SAFICAS








Su nacimiento se sitúa entre los años 630 y 612 AC. Estuvo entre los mejores poetas griegos y fue una de las pocas mujeres poetas conocidas en el mundo antiguo. Era una aristócrta según se sabe,  y estuvo casada con un comerciante próspero, con quien se dice tuvo una hija de nombre Cleis. El hecho de ser una mujer adinerada le dio la oportunidad de llevar el estilo de vida que deseaba, y eligió pasar su tiempo estudiando arte en la isla de Lesbos.
En el siglo séptimo AC, Lesbos era un centro cultural, y Safo pasó la mayor parte del tiempo en ese sitio, aunque viajó mucho también por toda Grecia. Como poeta fue una innovadora en técnica  y estilo, formó parte de una nueva ola de poetas que dejaron de escribir desde el punto de vista de los dioses y musas pasando a un punto de vista más personal e individual. Fue una de las primera en escribir en primera persona al describir el amor, la pérdida del mismo y el modo como la afectaba. Su estilo era sensual y melódico. Sus poemas estaban dirigido mayormente a mujeres, generalmente mujeres que iban a estudiar arte con ella, ella las alimentaba, las cuidaba, les escribía poemas de amor, y cuando estas mujeres se iban de la isla para casarse, les escribía poemas nupciales.
Safo jamás fue condenada en su tiempo por el contenido homoerótico de sus poemas, lo cual sugiere que en ese entonces el amor entre mujeres no era perseguido de la misma manera que lo ha sido con posterioridad a lo largo de los siglos. A pesar que algunos estudiosos han discutido y negado el aspecto homosexual de Safo, otros en cambio sí dan cuenta del mismo y lo aceptan. Especialmente durante el siglo XIX y XX Safo se ha convertido en sinónimo del amor entre mujeres: lesbiana y sáfico derivan justamente del nombre de su isla y su propio nombre.  Muchos poetas han sido inspirados por esta figura, entre ellos Michael Field, Renée Vivien, Amy Lowell, Pierre Louys y H.D.
A pesar de su gran fama tan sólo uno de los poemas de Safo se ha mantenido entero a lo largo del tiempo, del resto tan sólo sobreviven fragmentos de su trabajo original. Según se sabe llegó a tener nueve volúmenes de poesía, pero la negligencia, algunos desastres naturales, y probablemente una dosis de censura también, no permitieron que toda su obra sobreviviera completa.





Y para hacerle honor a nuestra predecesora he aqui algunos de sus poemas





A Una Amada 

Paréceme a mí que es igual a los dioses el mortal que se sienta frente a tí, y desde tan cerca te oye hablar dulcemente y sonreír de esa manera tan encantadora.El espectáculo derrite mi corazón dentro del pecho. Apenas te veo así un instante, me quedo sin voz. Se me traba la lengua. Un fuego penetrante fluye en seguida por debajo de mi piel. No ven nada mis ojos y empiezan a zumbarme los oídos. Me cae a raudales el sudor. Tiembla mi cuerpo entero. Me vuelvo más verde que la hierba. Quedo desfallecida y es todo mi aspecto el de una muerta...


Una Amada Ausente

Te igualaba a una diosa insigne, y tú te embelesabas con su canto como con otro ninguno. Pero se fue, y ahora sobresale entre las damas lidias lo mismo que la luna de rosados dedos eclipsa todas las estrellas una vez puesto el sol. Y su brillo baña de plata el mar salobre, e ilumina las campiñas floridas, donde ha caído el rocío y han brotado las rosas, el tierno perifollo, las dulces flores del trébol.Mas en el ajetreo de su nueva vida no deja de añorar el cariño de su amada Atis, y en el pecho le duele de nostalgia el corazón.


En la Distancia

De veras, quisiera morirme. Al despedirse de mí llorando, me musitó las siguientes palabras: "Amada Safo, negra suerte la mía. De verdad que me da mucha pena tener que dejarte." Y yo le respondí: "Vete tranquila. Procura no olvidarte de mí, porque bien sabes que yo siempre estaré a tu lado. Y si no, quiero recordarte lo que tu olvidas: cuantas horas felices hemos pasado juntas. Han sido muchas las coronas de violetas, de rosas, de flor de azafrán y de ramos de aneldo, que junto a mí te ceñiste. Han sido muchos los collares que colgaste de tu delicado cuello, tejidos de flores fragantes por nuestras manos. Han sido muchas las veces que derramaste bálsamo de mirra y un ungüento regio sobre mi cabeza."


Cuasi Ventus

Amor ha agitado mis entrañas como el huracán que sacude monte abajo las encinas. Viniste. Hiciste bien. Yo te estaba aguardando. Has prendido fuego a mi corazón, que se abrasa de deseo.


Un Epigrama

Estas son las cenizas de Timade. Muertas antes de la boda, fue a parar al oscuro tálamo de Perséfone. Y una vez que ella pereció, con un acero recién afilado, todas sus compañeras colocaron aquí como ofrenda la graciosa cabellera de sus cabezas.


Soledad a Media Noche

Se han puesto ya la luna y las pléyades. Es media noche. Pasa el tiempo. Y yo sigo durmiendo sola.










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