miércoles, 30 de mayo de 2012

Travesti en el siglo XVIII

Descubren la pintura más antigua de un travestido


El título de la obra, "Mujer con sombrero de plumas", no hacía esperar nada fuera de lo común. 
Pero cuando Philip Mould, historiador y galerista británico, vio la pintura durante una subasta de arte en Nueva York, supo que la obra tenía algo especial.

Retrato del 'Chevallier d'Eón'.

Pero cuando Philip Mould, historiador y galerista británico, vio la pintura durante una subasta de arte en Nueva York, supo que la obra tenía algo especial.
Aquella primerísima intuición le llevó a adquirir el cuadro y, tras la consiguiente restauración, sus sospechas iniciales se confirmaron. Aquella peculiar dama de finales del siglo XVIII (fecha en la que se realizó la pintura), tenía todo el aspecto de ser en realidad un hombre vestido de mujer.
Mould puso a su equipo de especialistas a indagar sobre el origen de la obra, con la intención de determinar su autor y quién era el personaje retratado en ella.
Tras algunos meses, y gracias a las pistas ofrecidas durante la restauración, los historiadores identificaron al pintor: Thomas Stewart, un pintor británico de finales del siglo XVIII que trabajaba en Londres.

Aquel primer hallazgo les llevó a resolver el segundo interrogante: la "dama" pintada en el lienzo —cuyo rostro evidenciaba una incipiente barba tras la restauración—, era un caballero de origen francés, afincado en Londres a finales de siglo, llamado Charles Louis André d'Eón de Beaumont (1728-1810), más conocido como 'Chevalier d'Eón' (caballero d'Eón).
Lo más fascinante de todo es que, aunque no sea una figura conocida en los libros de texto históricos, el caballero d'Eón y sus singulares peripecias sí son bien conocidas por algunos historiadores de ese periodo.
No en vano, el francés fue un destacado espía, diplomático y masón, que pasó más de la mitad de su vida viviendo como un hombre, y sus últimos 33 años como una mujer.
D'Éon de Beaumont se unió en el año 1756 a una élite de espías del rey francés Luis XV, conocida como 'Le Secret du Roi' (El Secreto del rey), cuya existencia sólo era conocida por unos pocos cercanos al monarca.
Aquel singular desempeño le llevó a realizar misiones por toda Europa, incluyendo la corte rusa de la emperatriz Isabel I, alcanzó el grado de capitán de dragones —participando en la Guerra de los Siete Años—, y finalmente en 1763 fue nombrado ministro plenipotenciario para Inglaterra —una especie de embajador interino—, cargo desde el que siguió espiando para su rey.

Caricatura de la época representando a la 'mademoiselle' d'Eón | Crédito: Wikipedia.Caricatura de la época representando a la 'mademoiselle' d'Eón | Crédito: Wikipedia. 

Sin embargo, cuando pocos años después llegó un nuevo embajador para sustituirle se produjo un extraño incidente. D'Eón incumplió sus órdenes de regresar a Francia y aseguró que su sustituto había intentado envenenarle.
En un intentó de protegerse, d'Eón publicó en forma de memorias algunos de los documentos secretos que estaban en sus manos —aunque se reservó los más jugosos, relativos a un plan de Francia para invadir Inglaterra—, causando una conmoción política a ambos lados del canal de la Mancha.
Puesto que d'Eón ocultaba aún los documentos más comprometedores, el rey francés se mostró cauto con el 'chevallier', y accedió a concederle una pensión vitalicia por sus servicios… y su silencio.
D'Eón siguió ejerciendo de espía, pero ya había caído en desgracia a ojos de la corona francesa. Curiosamente, fue en estos años cuando comenzaron los rumores sobre sí en realidad era una mujer.
Los chismes recorrían todo Londres, e incluso su masculinidad fue puesta en duda en una multitudinaria apuesta. Lo más extraño es que tras la muerte del rey Luis XV, en 1774, d'Eón hizo una excéntrica petición al nuevo monarca: quería que se le reconociera como una dama.
Luis XVI accedió a aquella insólita petición, pero tanto él como su corte exigieron a cambio que d'Eón debía vestir ropas apropiadas para una dama. Y así fue como el 'chevallier' d'Eón pasó a convertirse en la 'mademoiselle' d'Eón, quién regresó en 1785 a su exilio británico.
Siete años después, en 1792, el pintor Thomas Stewart le retrató para la posteridad, creando la obra que Philip Mould adquirió en Nueva York, y que hoy se considera la pintura de un travestido más antigua que se conoce.
La 'mademoiselle' d'Eón falleció en mayo de 1810, y el médico que la asistió certificó que poseía genitales masculinos, acabando con los rumores sobre un posible hermafroditismo.

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